miércoles, 2 de junio de 2021

Yacimiento romano de Clunia

 Aquí fue, ya no es. La culta azada
busca el mosaico y la columna rota:
restos de antigua acrópolis, remota
ciudad bajo el escombro sepultada.

Sobre la faz de la techumbre arada,
a la lluvia y al sol la espiga brota,
mientras el viento, que la cumbre azota,
vuela en ficción de verde marejada.

Romano torso al descubierto yace.
Y mojón de polígono o parcela,
Truncado pedestal de estatua asoma.

Para enseñar que Dios hace y deshace
los imperios, al circo pide escuela
Clunia, que sabe la lección de Roma.
(Bonifacio Zamora)
 
 
Sin lugar a dudas Clunia es uno de nuestros mayores tesoros patrimoniales, pero como ocurre con casi todos los lugares arqueológicos es muy difícil de vender. Tanto más cuando el yacimiento ha sido expoliado durante siglos y siglos. Así que, pese al empeño de la Diputación de Burgos, no acaba de arrancar.

Las ruinas de Clunia se localizan sobre la extensa planicie que culmina el alto de Castro, un cerro de 1023 metros de altitud que se alza sobre el valle del río Arandilla. Antes de la llegada de los romanos el lugar estuvo ocupado por un estratégico asentamiento del pueblo celtibérico de los arévacos. Durante las guerras sertorianas Pompeyo asedia Clunia donde resiste Sertorio. A la muerte de este (75 a.c) Pompeyo acaba con sus partidarios ocupando Clunia. Veinte años más tarde se desarrolla aquí el último episodio de las guerras numantinas.

Bajo Tiberio (14-37 d.C) Clunia cuenta con el estatuto de municipio romano pues acuña monedas con la efigie de este emperador y los nombres de los magistrados de la ciudad. Sabemos que es capital de convento jurídico a mediados del siglo I d.C. Su amplia Jurisdicción, que abarcaba la totalidad de la antigua celtiberia, se extendía desde la costa cantábrica hasta el sistema Central y desde Asturias hasta Navarra y La Rioja.
 
Simulación de la extensión de Clunia durante el imperio romano.
 
En la sublevación de Galba contra Nerón, En el año 68 d.c, este se refugia en Clunia, levantando la Legión VII Gemina y esperando hasta ser proclamado emperador por el Senado. En agradecimiento a la ciudad que le alberga le concedió el importante título de colonia y le dio su nombre. La colonia de Clunia Sulpicia fue consolidándose como un gran centro judicial, administrativo y religioso por el que pasaban muchas de las vías de comunicación de la región. La más importante era la de Ab Asturica per Cantabriam Caesaraugustam, que comunicaba las actuales ciudades de Zaragoza y Astorga. También fue muy notable su desarrollo económico como centro de un enorme territorio cerealista.

Todo esto hizo de Clunia una poblada urbe cuajada de grandes y numerosos edificios públicos. Sus cerca de 30.000 habitantes pudieron disfrutar de un monumental foro, con forma de gran plaza rectangular porticada y situada en la intersección del cardo máximo y el decumanus. Estaba diseñada no sólo para el municipio, sino para reunir en momentos señalados a ciudadanos de todo el convento jurídico. La función rellgiosa se situa en la cabecera del foro, presidida por el templo de Júpiter. La función comercial se desarrolla en el espacio central, una plaza porticada, donde hay pequeños locales denominados tabernas y espacio bajo el pórtico para venta ambulante. La función jurídica de desarrolla en los pies del foro en un edificio llamado Basílica, gran espacio cubierto donde se resuelven los pleitos y sancionan contratos. También sirve para guardar las leyes y de registro. En su condición de Convento Jurídico, la basílica servía, una vez al año, para recibir al Gobernador de la Provincia Hispania Citerior y celebrar juicios relativos al territorio de todo el convento.

La adaptación de un entramado de galerías naturales subterráneas servía para suministrar agua, a través de pozos, a la abundante población. Como cualquier ciudad de su categoría contaba también con sus correspondientes baños públicos. Las termas descubiertas en Clunia, al igual que el foro y el teatro, están entre las más grandes y lujosas de las construidas por los romanos en toda la península Ibérica. La zona de termas conocida como “Los Arcos”, muestra una planta simétrica y no ha sido excavada en su totalidad.
 





Diversas imágenes de las termas "Los Arcos" de Clunia. Nótese la existencia de un mosaico y el abundante empleo del llamado "hormigón romano".
 
Clunia pervive hasta finales del siglo VII pero su importancia en época visigoda decae, como parece demostrar su desaparición de las fuentes literarias, la carencia de ceca y la instauración de una sede episcopal en Osma.

A pesar de su secular expolio, Clunia ha constituido un inagotable filón para los investigadores, que ya empezaron su estudio desde finales del siglo XVIII. Entre los hallazgos con resonancia artística destacan las esculturas ornamentales, los mosaicos, el conjunto epigráfico y una valiosa colección numismática. Buena parte de lo mismo lo podemos ver en el Museo de Burgos.
 
Plano de Clunia según Loperráez. (1788).
 
En todo caso, el elemento más característico para el que hoy se acerca a Clunia es su teatro. El teatro de Clunia se construyó en las afueras de la ciudad, en el exterior de las murallas y aprovechando un afloramiento rocoso situado en la ladera nororiental del alto del Castro. Gran parte de la cavea o del graderío está tallado en la roca viva a la manera de los teatros griegos. Los espectadores del teatro de Clunia no solo disfrutaban de las distintas representaciones teatrales, sino que también podían contemplar desde sus localidades el impresionante panorama natural abierto debajo de la planicie en la que se alzaba la ciudad: una extensa llanura enmarcada entre montañas y cubierta por frondosos bosques de encina, quejigo y sabina albar.

Debido al secular expolio de sus materiales pétreos para la construcción de muchas de las iglesias, castillos y casas de los pueblos del entorno, el teatro de Clunia ha quedado reducido a su mero esqueleto. Además del graderío, que al estar tallado no puede robarse, quedan los restos del escenario y de los desnudados muros del frente de escena levantados en hormigón y con sus habituales tres grandes puertas. En origen, la fachada escénica estaba compuesta de dos pisos de columnas corintias, entre las que se situaban esculturas. 
 



 
Por su arcaica tipología, muy cercana a la de los teatros del norte de África, se ha datado su construcción a principios del siglo I d.C, durante el gobierno del emperador Tiberio. Por sus dimensiones, el aforo total era cercano a los 10.000 espectadores, lo que hace de este teatro el de mayor capacidad de la Hispania Romana. Así mismo, las últimas excavaciones arqueológicas han demostrado que el teatro fue utilizado incluso para luchas de gladiadores, combates entre fieras y representaciones de cacerías.

Para más información os remito a la página http://www.cluniasulpicia.org/, en donde además de fotografías antiguas aparecen representaciones virtuales de como era la ciudad. Os recomiendo visitar el yacimiento entre mayo y septiembre; ya que en los meses de invierno los mosaicos permanecen tapados para su preservación.

Antiguos olmos y ermita cristiana. Aquí tiene lugar el tercer fin de semana de abril una ancestral romería partiendo del pueblo de Caleruega, y que está relacionada con la creencia de que el más ilustre hijo de la localidad, Santo Domingo de Guzmán, acudía con frecuencia a este lugar. Como vemos se encuentra en medio del yacimiento.



Quizás la casa más importante de Clunia es la denominada Casa número 1 o casa Taracena. A continuación diversas imágenes destacando la existencia de varios mosaicos de motivos geométricos.
 
 











 Restos de la Basílica



Lugar que ocupó el Foro.




 Termas del Foro
 

El llamado "Mosaico de las Cráteras"
 




 Existe un proyecto de creación de un Museo in-situ que, a fecha de redacción de este texto (junio de 2021), está paralizado. Mientras tanto podemos disfrutar en unos pequeños espacios expositivos de una serie de paneles explicativos y algunas piezas de notable interés.



 
Aquí algunos restos de columnas del área del teatro

 
Un busto que parece representar a Nerón niño

 
La estatua de la Diosa Fortuna (más de dos metros de altura); recostruida a partir de 200 piezas dispersas.



Siéntate en las graderías,
y mira la mar –el campo
de Castilla.
(Rafael Alberti. La Amante)
 

 


2 comentarios:

Alex dijo...

Pendiente la visita a esta joya.

Héctor y Leti dijo...

Lo visitamos hace poco, que pena no poder ver los mosaicos...
Gracias por tu entrada, de gran ayuda, como siempre.
Saludos