miércoles, 12 de septiembre de 2012

GR1 Burgalés: Puentedey - Pedrosa de Valdeporres

La quinta etapa del GR1 burgalés transcurre fundamentalmente por el interesante espacio de los canales de Dulla y el Espacio Natural de Ojo Guareña; para desembocar en el núcleo principal de la Merindad de Valdeporres.
 
Dificultad: media
Orientación (sin GPS con cartografía o track): fácil
Belleza: Alta
Tiempo y distancia: 3 horas (14 kilómetros)
 



Puntos de Interés

Cascada de la Mea. Quintanilla Valdebodres. Pozo del Infierno. Canal de la Mata. Puerta de Dulla. Paisajes del Somo.

Descripción de la Ruta

El puente desde el que de observa el arco natural de Puentedey es el inicio de la carretera que conduce a Quintanilla Valdebodres. Seguimos la misma durante los dos kilómetros que nos separan de dicho pueblo. Como a mitad de recorrido, hacia la izquierda, podemos acceder a la cascada de la Mea (son unos 500 metros entre ida y vuelta), que sólo tiene agua en épocas lluviosas.

Por una calle que nace perpendicular a la carretera sigue la ruta, señalizada tanto por el GR1 como por el PRC BU 33. En este lugar merece la pena acercarse a la abundante surgencia del pozo del infierno y el antiguo molino al que da servicio. También las casas guardan un sabor popular.

La capa de cemento se dirige a una pequeña ermita pero en una curva cercana al templo encontramos que la ruta sigue hacia la izquierda. Al instante nos vemos rodeados por el dosel vegetal que se extiende por estos valles, en donde las encinas y los quejigos son las especies dominantes.

Por el fondo discurre una fina corriente de agua de carácter intermitente. En la jornada de hoy luce en todo su esplendor, destacando por la limpieza de sus aguas. De hecho será una constante el tener que cruzar una y otra vez el arroyo, e incluso que sendero y arroyo coincidan durante algunos metros.

Al cabo de unos 300 metros nos encontramos con una reproducción de una carbonera, actividad muy extendida en el pasado por estos montes. Desde aquí los rincones bellos se suceden gracias a los serpenteantes sendero y arroyo. Cuando llevamos algo más de un kilómetro llegamos a la unión del Canal de la Mata (de frente, por el que continuaremos) y el Canal de Dulla, el más importante de todos los que cubren esta área geográfica.

El bello sendero que discurre junto al arroyo continúa sin posibilidad de pérdida, mientras que el desfiladero se va haciendo cada vez más profundo. Pasados algo más de dos kilómetros el sendero se separa por la derecha del arroyo para ascender por la suave ladera. Muy pronto llegamos a un collado desde el que se divisa una parte de la Merindad de Valdeporres y en primer término una meseta por donde sigue la ruta.

El camino continúa hacia la nueva vertiente, girando hacia la derecha. Al poco de iniciar el descenso vemos bajo nosotros el pueblo de Villamartin de Sotoscueva. Llegamos a este lugar rápidamente, aunque antes de llegar a las primeras casas vemos el camino que, naciendo hacia la izquierda, permite seguir el recorrido. Tras visitar este pueblo con interesantes elementos etnográficos, tomamos el camino citado, bastante ancho, y empezamos a ascender.

El ascenso nos llevará unos dos kilómetros. Rechazamos un par de desvíos a ambos lados del camino. Cerca del punto más alto, cuando se ha suavizado notablemente la pendiente, tenemos el desvío señalizado hacia El Ventanón, una gran oquedad natural en el cortado rocoso (hay que calcular unos dos kilómetros entre ida y vuelta) y un poco más adelante una bifurcación. Hacia la izquierda continúa el sendero PR-BU-33 mientras que hacia el GR sigue por la derecha.

Desde aquí se tiene una sobrecogedora visión de los largos farallones de Dulla, que asemejan una fortaleza casi inexpugnable. Primero una empinada ladera herbosa y luego unas paredes de roca de unos veinte metros de altura. En primera visión la Puerta de Dulla, que parece el hueco dejado en una dentadura de gigante. Franqueando la misma se vuelve a los cañones del Dulla, pero eso no nos corresponde hoy.

A pocos metros del cruce anterior debemos prestar atención para no desviarnos demasiado por otro camino que sigue hacia la derecha. Nosotros seguimos paralelos a los relieves de Dulla, en suave pero claro descenso. Caminamos por una gran meseta intermedia conocida como El Paño. Hacia la derecha observamos ya en la lejanía los parques eólicos por los que transcurrirá nuestra última etapa del GR1 burgalés.

Al cabo de cerca de un kilómetro desde el cruce del PRBU33 superamos una portilla ganadera. Aún hemos de caminar cerca de un kilómetro más hasta el cruce más delicado del recorrido (delicado en cuanto a dificultad de localizar). En la fecha en que se escriben estas notas está perfectamente indicado el sendero que continúa hacia la izquierda y que tomamos mediante un fuerte giro. Al poco nos introducimos en un carrascal en el que el sendero serpentea siendo por momentos un tanto difícil seguirlo (aquí las señales son escasas). Como orientación señalaremos que caminamos en dirección norte.

Poco a poco el bosquecillo se va haciendo más espeso y variado y de repente se abre para dar paso al valle de Valdeporres que se encuentra a nuestros pies. Al fondo los montes del Somo y en primer plano el pueblo de San Martín de Porres, que será uno de los que crucemos en la próxima etapa. Mediante unos pronunciados zig-zags perdemos altura con rapidez. El sendero muestra evidentes signos de haber sido en el pasado un camino empedrado. De hecho si miramos nuestro entorno más cercano vemos que este es uno de los pocos pasos fáciles entre los farallones rocosos.

Un poco más adelante, tras superar una portilla ganadera, vemos la parte más occidental de Valdeporres. Al fondo los montes Cantábricos y más cerca la meseta de Argomedo y los pueblos de Cidad y Pedrosa de Valdeporres, del que ya nos separa un pequeño trecho. El último tramo del descenso está un poco cerrado por el árgoma, pero sólo será una pequeña molestia para el que lleve pantalón corto pues se sigue perfectamente. Llegamos a la altura de una carretera que simplemente hemos de cruzar y un poco después al trazado del Santander-Mediterráneo, convertido ahora en Vía Verde, que igualmente atravesamos. Ya nos quedan apenas unos instantes hasta llegar a un área de esparcimiento y al edificio de la residencia de ancianos, que tomamos como referencia para la próxima etapa.

Comentarios.

Tramo bastante cómodo en cuanto a dificultad, señalización y limpieza del sendero. Los ascensos son en general cortos o tendidos. Los siete primeros kilómetros se corresponden con el sendero de pequeño recorrido PRC-BU-33, incluido dentro del Espacio Natural de Ojo Guareña y lo mismo ocurre con los dos últimos. El resto discurre por la meseta de El Paño. Ello contribuye a que la señalización y limpieza de este tramo sea correcta al menos por el momento.

Track de la ruta



Presentación con fotos de la ruta.

 

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