viernes, 24 de julio de 2015

Regreso a los pueblos del silencio: Ael y Villarán

La Merindad de Cuesta Urria es uno de los municipios burgaleses en los que más se hace sentir la despoblación. Desde el ahora fuera de uso Monasterio de Nofuentes parte una carreterita hacia el pueblo de Las Quintanillas, tramo que ya recorrimos hace ya unos años buscando su añeja ermita.
 
Hoy decidimos avanzar un poco más, asumiendo que a partir de Las Quintanillas desaparece el asfalto. No mucho más adelante llegamos al pueblo de Villarán, cuyas escasas pero nobles casas nos hablan de un pasado hidalgo. En los datos del INE figuran 6 personas empadronadas; contrastando con la llamativa cifra en torno al centenar de mediados del siglo pasado.
 
Tal vez tenga que ver con lo anterior el hecho de que este pueblo perteneciera hasta hace no tanto al municipio de “aforados de Moneo;” un peculiar ente que se regía por la jurisdicción de Vizcaya. Por otro lado, en algunos textos se puede leer esta poco agradable frase popular aplicada a los de este pueblo: “en Villarán, si no te la han hecho, ya te la harán”.
 
 
 
Pero no nos detenemos en Villarán. Seguimos remontando el valle del arroyo del Gorrión por un área cada vez más boscosa. Como no disponemos de mucho tiempo nos limitamos a alcanzar el punto desde el que se vislumbra nuestro objetivo: Ael, lugar de hayas.
 

Desde aquí apenas se aprecia una casa totalmente reformada y la estructura de una pequeña iglesia de rasgos prerrománicos. Según parece el pueblo estuvo habitado hasta 1986. Una década después se realizó un encuentro de antiguos allegados al pueblo. Al parecer hasta incluso se tanteó grabar en este pueblo un “reality show” con la restauración de casas como temática.

miércoles, 22 de julio de 2015

Regreso a los pueblos del silencio: Valmayor de Cuesta Urria

Muy cerquita de San Martín de Mancobo, algo más al sur, se encuentran los restos de otro pueblo deshabitado: Valmayor de Cuesta Urria. En todo caso, y tal y como reza su nombre, pertenece a la Merindad de Cuesta Urria; mientras que los anteriores se integran dentro del territorio de Medina de Pomar.
 
 
 
Según parece; en la iglesia ya arruinada había restos mozárabes, que se conservan en el Museo de Burgos. La estructura de las casas aún sigue siendo relativamente aceptable pese a que han pasado casi cuatro décadas desde su abandono. Bueno, en realidad no tanto. A través de internet ya me había enterado de que en el lugar vivía un belga sólo desde hace unos quince años.
 
Su nombre, Hugo Ceusters. Estuve hablando con él unos minutos. Me contó que su pareja era Rita Schimmel, la artista que vive en Almendres (de hecho este otro pueblo también está bastante cerca). Habían criado a sus hijos en el pueblo hasta que, ya adultos, habían viajado a Holanda. Incluso me pasó su email para mantener algún tipo de contacto.
 
 
Hace unos días, buscando algo más de información, me enteré de que Hugo falleció en un accidente poco después de mi visita. También he podido saber que había sido un gran aventurero (incluso preparaba una última exploración) y que era gran aficionado al ajedrez (este mismo fin de semana se realizó un torneo en Medina en su recuerdo). Descanse en paz y vaya este pequeño artículo en su recuerdo.
 
 
Para saber más:
 
-          Artículo sobre el pueblo en el blog “Pueblos deshabitados”.
-          Entrevista a Hugo en el programa "Huellas en el tiempo" de Radio Espinosa - Merindades
 
(Actualización de verano de 2016). Parece que Valmayor vuelve a revitalizarse, y de que manera. Se está poniendo en marcha un proyecto de ecoaldea en el que, entre otras cosas, se criará ternera ecológica y se elaborará cerveza artesana. Participa, entre otras personas, una hija de Hugo Ceusters. Más información en  https://valmayor.wordpress.com/

lunes, 20 de julio de 2015

Regreso a los pueblos del silencio: San Martín de Mancobo

A pocos kilómetros en línea recta desde Quintanamacé encontramos un verdadero despoblado, San Martín de Mancobo. De hecho el sendero al que hacíamos referencia en el anterior artículo, el PRC-BU-139, pasa por ambos lugares. Sin embargo, el acceso más cómodo a este lugar se realiza desde la zona de Medina de Pomar. De hecho sorprende el abandono de un pueblo que queda apenas a cuatro kilómetros de la pujante villa.


Siguiendo alguna de las anchas pistas que recorren la zona llegamos al pueblo, situado a media ladera sobre el valle del Nela. En pueblo se encuentra en la fase más llamativa del abandono; cuando las casas y las calles conservan buena parte de su estructura pese a estar ya deshabitadas. Impresión similar ofrece la iglesia, en la que permanecen parte de sus bóvedas de crucería y la espadaña.


Los únicos signos de modernidad son algunas naves ganaderas (algunas fruto del reacondicionamiento de otros edificios). No en vano hasta aquí se extiende la propiedad de la que ya hablamos al escribir sobre Quintanamacé. El pueblo quedó definitivamente despoblado en el año 1969.
 


Además de consultar el libro “Los pueblos del Silencio”, podéis saber bastante más sobre San Martín de Mancobo en el excelente blog sobre despoblación “Los pueblos deshabitados”.

viernes, 17 de julio de 2015

Pueblos de la despoblación: Quintanamacé

El lugar de hoy no está oficialmente deshabitado. En los datos del padrón de los últimos años figura con cifras entre los dos y los seis habitantes, los que corresponden a la familia que cría ganado en la amplia finca de los alrededores. El lugar apenas presenta unos pocos edificios y naves ganaderas. Según algunos textos, este emplazamiento sería el solar originario del apellido Quintana.
 

El acceso se realiza siguiendo un camino que sale desde el pueblo de Bóveda de la Ribera, extendiéndose el trayecto alrededor de un kilómetro (De hecho nuestro avance coincide con parte con el sendero de pequeño recorrido PRC-BU-139). El paisaje se presenta bucólico incluso en verano. Según parece la zona estuvo ocupada por un gran hayedo hasta finales del siglo XVIII, momento en el que empezó a decrecer por la extensión del pastoreo.
 
 
 
 

miércoles, 15 de julio de 2015

Regreso a los pueblos del silencio: Villota de la Ribera y Villanueva de Rosales

Desde Trespaderne parten dos carreteras relativamente importantes hacia el norte: una de ellas conduce a Medina de Pomar y el Crucero; la otra hacia Quincoces del Yuso y el puerto de Angulo. La comarca delimitada por ambas vía y los Montes de la Peña, montuosa y mal comunicada, es una de las más azotadas por la despoblación en la provincia de Burgos.
Aunque ya han aparecido algunos lugares de la zona en este blog; en los próximos artículos haremos referencia a varios pueblos abandonados o semiabandonados en esta área.
 
Partimos para empezar desde el pueblo de La Cerca, justo desde su valiosa iglesia románica en precario estado . En poco más de un kilómetro siguiendo una pista alcanzamos un vallado y un portón metálico que restringen el acceso al antiguo pueblo de Villota de la Ribera, o simplemente Villota (tal vez el “apellido” sirva para distinguirlo de otro pueblo, Villota de Losa, que curiosamente también está despoblado y también he mostrado en este blog).
 
 
El lugar, por tanto, y como otros, ha pasado a convertirse en finca privada. Nos cuenta Elías Rubio en su libro “Los pueblos del Silencio” que el pueblo se despobló en el año 1967, momento en que sería adquirido por un particular. Al parecer, las campanas de este pueblo y las de otros cercanos abandonados, fueron fundidas y con ellas se fabricaron unas nuevas que fueron regaladas por España para la catedral de Brasilia. Los bienes muebles acabarían en la iglesia de Boveda.
El sitio se encuentra muy cerca del Santuario de Nuestra Señora del Somo (del cual también tratamos hace un tiempo), desde donde también se observa que las escasas edificaciones presentan buen estado.
 
 
Dentro de la misma finca, pero ya inaccesible a la vista, se encuentra también lo que fuera el pueblo de Villanueva de Rosales, el cual fue abandonado un poco antes, en 1965. Según parece el acceso a este segundo pueblo fue siempre malísimo, hasta que fue arreglado por los propios vecinos en los años 50; poco antes de su despoblación. Los datos de habitantes de la primera mitad del siglo pasado rondaban la treintena en cada una de las localidades.

lunes, 13 de julio de 2015

Castillo de Arreba

En la parte más norteña de la sierra de Albuera, divisoria entre los valles de Manzanedo y Zamanzas, se encuentran, sobre un afilado espigón rocoso, los casi inapreciables restos del castillo de Arreba. 
 
Empinados escalones de ascenso
 
Recientemente se ha acondicionado un empinado sendero de acceso: parte desde el estrechísimo portillo del Castillo, único paso en sierra para el tránsito de vehículos por la zona. También se puede subir desde el barrio de “el castillo” del pueblo de Arreba.


Una serie de escalones, bordeados en algunos momentos por una cuerda de apoyo, ayudan a salvar el importante desnivel que de todas maneras se solventa en pocos minutos. Ya en la parte alta se observa cómo se han consolidado los pocos restos de muros sobrevivientes y también se ha habilitado una especie de plataforma-mirador junto a unos paneles informativos. 

viernes, 10 de julio de 2015

Antiguos Monasterios burgaleses: Santa María de Rioseco

Sin duda, uno de los casos más representativos de antiguos monasterios burgaleses es el del Monasterio de Santa María de Rioseco. En un lugar oculto del ya de por si escondido Valle de Manzanedo, se conserva la mole del monasterio.
 
Camino de acceso. En las fotos se observa en contraste entre el estado antes de empezar los proyectos de limpieza (año 2009) y después de varios años de trabajos (año 2014)

miércoles, 8 de julio de 2015

Ruta de senderismo: Montes de Pancorbo

Pancorbo es una localidad con un término municipal de considerable extensión, especialmente interesante en su parte norte, poco conocido más allá de su famoso e inevitable desfiladero. En la ruta de hoy intentaremos compensar esa carencia.

Dificultad: Media. Extensión tirando a larga. Desniveles muy llevaderos salvo el acceso a Santa Engracia.
Orientación (sin GPS con track o cartografía): Media. En algunos puntos hay que estar muy atentos a la señalización; en general buena pero que podría empeorar en el futuro.
Belleza: Alta.
Tiempo y distancia: 5 horas (18 kilómetros)

 



lunes, 6 de julio de 2015

Otros puntos de interés en Pancorbo

Hace no mucho tiempo dedicábamos un artículo al pueblo de Pancorbo. Sin embargo, es evidente que este retrato no estaría completo sin referirnos al desfiladero que le ha dado fama, así como a los montes que le rodean.
 
El castillete visto desde la zona de Peña del Mazo
De los mismos, probablemente el más llamativo es el llamado Castillete o pico castillo, un verdadero nido de águilas a más de 1000 metros de altitud desgajado de la línea principal de los Obarenes, y que se levanta en la vertical de Pancorbo, con unos 400 metros de desnivel directo.
 

jueves, 2 de julio de 2015

Castrillo Solarana

Como complemento a la ruta descrita en mi anterior entrada vamos a dedicar un artículo independiente a Castrillo Solarana. El elemento patrimonial más importante del lugar es, sin duda, la iglesia parroquial; que se levanta sobre el cerro que domina a la población.


En esta segunda imagen se aprecia la sierra de Mamblas al fondo.


Contribuye a realzar la apariencia de la iglesia su gran torre renacentista levantada en el siglo XVI, fruto de las sucesivas reformas del original templo románico. Una serie de gárgolas y pináculos alivian un poco la sensación de pesadez. Esta torre fue restaurada de urgencia en el año 2008 ante la amenaza de ruina.




Pero el elemento más destacado del templo es su ábside semicircular, considerado como uno de los ábsides más elegantes y originales de todo el arte románico castellano. Responde a un modelo algo tardío, de finales del siglo XII o primera mitad del siglo XIII.
Es de grandes dimensiones y su planta consta de tambor de dos tramos, un corto cuerpo recto y el clásico remate semicircular. Su exterior presenta una cuidada decoración que se articula en dos elegantes arcadas ciegas superpuestas que recorren los dos tercios inferiores de los altos muros, y que constituyen los elementos diferenciadores de la obra.
 
 
 
 
Los arcos de la parte inferior muestran un perfil ojival apuntado y descansan sobre columnas de fuste monolítico, que en algunos casos se embellecen con una moldura de dientes de sierra. El cuerpo superior también está recorrido por diecisieta arcadas, pero más esbeltas y de forma trilobulada, aunque con un trabajo de inferior calidad artística. No podemos disfrutar de canecillos, al haberse sobreelevado el ábside en la reforma de siglos posteriores. En todo caso la obra escultórica parece supeditada a realzar el aspecto arquitectónico


También responde al estilo románico la portada meridional, hoy cegada al utilizarse esa ala como cementerio y que conserva el tejaroz con canecillos. Las sucesivas arquivoltas muestran una temática sencilla pero digna mientras que los capiteles de las columnas permiten ver algunos animales fantásticos y elementos vegetales. Observando su calidad, se intuye el trabajo de diferentes canteros.

 
 
 
Esta iglesia suele estar incluida en los programas de apertura de monumentos en los periodos de Semana Santa y verano. No obstante al interior desaparecen todos los vestigios románicos, salvo una sencilla pila bautismal.
 

En el resto de la iglesia podemos mencionar su retablo churrigueresco, de finales del XVII.

 
Y sobre todo este otro retablo, del periodo renacentista.

 
 
Más allá de la iglesia. El pueblo también tiene otros elementos de interés. Por ejemplo son interesantes las bodegas que aún se conservan en la parte norte del cerro que acoge la iglesia, las cuales hablan de la tradición vitivinícola de la zona.
 
 
Hacia el otro lado, por detrás de las bodegas, podemos apreciar un campo de lavanda (lo mejor para verlos son los meses de julio y agosto); cultivo que se ha recuperado y extendido por la zona en los últimos años.
 
 
Junto a la iglesia llama la atención el robusto edificio de las antiguas escuelas. Ha sido rehabilitado recientemente como centro de usos múltiples y en una de sus salas se ha recuperado el mobiliario a modo de museo.
 


 
 
 

miércoles, 1 de julio de 2015

Solarana

Un estratégico paso nos permite conectar Ciruelos de Cervera con la comarca del Arlanza, dejando a un lado el pico Valdosa.  En este entorno ya hemos publicado acerca de varios lugares; cursando ahora una visita más detallada al pueblo de Solarana, el cual ya atravesamos con ocasión de la realización del “Sendero de las Grandes Encinas”.
 
El primer lugar a mostrar será la ermita de San Miguel o ermita del Castro. Intuida ya en  la ruta citada, se sitúa en un altozano sobre el pueblo, en el lugar que ocupó un gran castro del pueblo de los vacceos, posteriormente romanizado. En el camino de ascenso son fácilmente identificables las formas de la muralla defensiva. No muy lejos de la ermita se identifican los restos de un antiquísimo aljibe.
 


 

Según las investigaciones, este castro llegó a ocupar una superficie de unas 12 hectáreas, y es probable que fuese el destino de las aguas de la misteriosa “senda de los Moros”; de la cual ya hablamos hace algún tiempo. La ermita como tal se restauró hace unos años, y está destinada a una pequeña exposición sobre los usos del monte incluyendo también algunos restos arqueológicos.
 
 
Ya en el pueblo tenemos la oportunidad de visitar la iglesia de La Asunción. De estilo gótico tardío, podemos destacar en la misma, además de las proporciones interiores, una portada flamígera, una pila bautismal románica, las vigas del coro labradas en el siglo XVI, y algunos retablos.
 






 
Junto a la iglesia, en un edificio sencillo, se ha abierto un original espacio expositivo dedicado al cómic. Iniciativa del alcalde Fermín Briones, hasta el momento no ha tenido el eco que inicialmente se esperaba. Para visitar los tres lugares deberemos concertar la visita con el alcalde.